Esta es una de las razas más antiguas de Rahaylimu, creadora de vida y protectora de la naturaleza. Estos seres son almas, energía pura que emana del manantial de las almas, adoptan formas antropomorfas, haciendo uso del entorno, raíces, ramas, arbustos y árboles para tornarse corpóreos.
Su historia se remonta a muchos años atrás en el tiempo, se comenta de ellos en otras razas, que crearon el planeta y lo dotaron de vida, ideología muy extendida, pues durante su existencia han vivido y se han dedicado por completo a llenar de vida Rahaylimu, colmando cada palmo de terreno de vegetación, lo más destacable en sus vidas fue una gran guerra que detuvo sus quehaceres para defenderse de la raza Hartach, que por antagonismo necesitan de la absorción de la vida para su existencia. Dicha guerra, fue provocada por sus diferencias y para más inri, son desde hace un pasado no muy lejano territorios vecinos, sin embargo la gota que colmó el vaso, fue cuando intentaron invadir el territorio en el que vivían los Quida, otra raza que fue extinta por una catástrofe natural. En dichas tierras, había propiedades que beneficiaban a ambas partes. Tras varios intentos y la negativa a ceder, fue imposible llegar a un acuerdo de reparto equitativo, la guerra fue inevitable, pero a pesar de largos años de combate, en los que, no se proclamaba ningún vencedor, hubo una batalla final en la que enviaron la mayor parte de sus ejércitos, siendo esta de una magnitud devastadora, arrasando y sesgando la totalidad de las vidas de quienes participaron en ella, además de destruir gran parte del territorio. Tras la derrota de ambos ejércitos, finalmente comprendieron que aquello no llevaría a ninguna parte, pero no antes de aportar, involuntariamente, lo que sería la peor de las catástrofes mágicas, el residuo arcano. Este se genera tras la utilización del poder arcano, en ínfimas cantidades, apenas perceptible y nada dañino para ninguna de las especies de Rahaylimu, excepto si este se concentra en grandes cantidades, cosa que la guerra propició. Tras esto, firmaron un tratado de paz, dejando el territorio de los Quida a su suerte, quedando inhabitable por eones.
Por lo que respecta a su estilo de vida, se puede destacar la versatilidad al crear ciudades o aldeas, pues todas son creadas haciendo uso de la magia, haciendo que la vegetación de los bosques se adapte a sus necesidades, adquiriendo formas y creando estructuras según sus necesidades en cada momento, sin ser estas fijas, siempre en constante cambio, de manera que cuando no se hace uso de ella, vuelve a su estado natural. Su capital es Boleriana donde reside su líder, la que posee el alma más antigua y más sabía de todos ellos, no obstante, a pesar de toda su experiencia, no ha sido capaz de llegar al nivel de ‘ahlua, la maestra de maestras entre todos los Sintiary, ella fue un icono para todos ellos, y aún en la actualidad se la recuerda y venera. Se le otorgó un altar oculto en las profundidades del bosque, donde reside lo que queda de su alma, proporcionando vida y energía arcana en aquel lugar. Junto a Luz de Ragfandor, su orbe, considerado legendario y dotado de gran poder, llegó a adquirir tal nivel de maestría, que a día de hoy, ningún Sintiary ha logrado alcanzar. Inició e instruyó a todos los Sintiary en el arte arcano de la creación y conservación de la vida.