Tom

Nuestro preciado Tabernero en @SagaGaldin

Valioso miembro de un grupo de asaltantes y mercenarios, que junto a Fom, su amigo de la niñez, fueron arrancados de los brazos de sus padres para ser vendidos al mejor postor, o, ese era su destino inicial y ojalá así hubiese sido, pues las actividades y acontecimientos que ocurrieron tras su cautiverio, les obligaron a permanecer con ellos. Tom aprendió a defenderse muy bien preparando comidas, ya que era su única tarea, y cuando fue mayor para aprender a luchar, su maestría entre ollas y hogueras era tal, que nadie pensó en cambiarle de oficio.

Viajaron durante décadas, robando, asaltando y realizando encargos aquí y allá, donde mejor les pagasen con alimentos o cuero, rara era la vez que se hacían con algún objeto de valor, y cuando tenían esa suerte, normalmente se deshacían de ellos por desconocimiento. Esa falta de cultura les hacía despiadados, pero eso no fue lo que marcó a Tom, pues además de tener siempre metida la nariz entre cacharros de cocina, en su tiempo libre la metía entre libros, con la excusa de aprender nuevas recetas, les decía, pues tampoco sabían leer, y el que sabía, no prestaba atención a Tom.

Un buen día, se toparon con un grupo de gente, que parecía estar asentándose desde hacía poco en una colina, tenían tiendas acabadas en piel y no parecían estar provistos de armas. Así pues, decidieron entrar a cuchillo, pero para su sorpresa, y ante la atenta mirada de todos los allí presentes, un joven dragón acudió con la misma idea, y sin quererlo, entre asaltantes y los aldeanos, le hicieron frente codo con codo. El dragón no se acobardó por el súbito crecimiento de la población humana ante él, y a dentelladas y coletazos decidió acabar en primer lugar con los asaltantes, pues venían armados y se encontraban en campo abierto, sin la luz de la hoguera que pudiese darles esa ventaja. Finalmente, entre todos consiguieron ahuyentarlo, pero sufrieron bajas, la banda de rufianes quedó prácticamente deshecha, los pocos que sobrevivieron fueron atendidos por los nuevos habitantes del lugar, quienes por indicación de Fom, fueron en busca de Tom, que permanecía custodiando las pocas pertenencias que acumulaban.

Desde entonces y deseoso de un cambio de vida, pasó a ser Tom, el tabernero de Galdin, donde contento y muy atareado, vive feliz y en compañía de su mejor amigo, y será testigo de multitud de aventuras que los mercenarios y otros nómadas, se prestan a contarle mientras degustan sus exquisitos manjares.