Una de las más antiguas almas de la raza Durtenw, a día de hoy, y desde hace muchos milenios, la más experta y diestra en lo que concierne a las artes arcanas, excelente dominio de los elementos aire y tierra. Su erudición, entrega y carisma no pasaron desapercibidos entre los suyos, quienes la tenían muy en cuenta en cualquiera de las decisiones importantes a las que su foro se enfrentaba. Postulada en numerosas ocasiones para el liderazgo, aunque siempre renegó de tal honor, ha preferido estar en primera línea de batalla y su deseo de salir a explorar, arguye con la más arraigada de sus costumbres. Gran parte de la reputación que se ha labrado, ha sido junto a Jarman, su binomio en el frente, otra alma longeva, algo más joven, implacables defensores contra todo aquel que no acceda con la mejor de las intenciones. Las ultimas centurias las han dedicado a defenderse de los Goritia, criaturas de gran poder físico, con la única idea de procrear y expandirse, por ello, ambas almas accedieron a crear un pequeño bastión cerca de su frontera, donde poder actuar, y a la vez, ocupar sus mentes con la gestión de lo que acabaría siendo el hogar de muchos de los suyos.
Fiel adepta a sus líderes, y en contrapartida, normalmente incomprendida por ellos, llegaron a un importante punto de inflexión. Llegó a su saber, de la guerra en la que sus homólogos Sintiary eran participes, sus avenencias eran distantes, pero no por ello debían mantenerse al margen. Keyann lo sabía, su impulso y convicción era el de viajar y ayudar, y tras varios años de debates, logró dividir el foro, entre los convencidos estaba su líder, un alma engendrada para restablecer el equilibrio. Formaron una partida de reconocimiento, compuesta por Keyann, su líder y un soldado de compleja experiencia. Viajaron hacia el norte por territorio Rethah, conocieron a la raza Se’irim, de quienes aprendieron su cultura y naturaleza y quienes les explicaron el fatal desenlace de la raza Quida, azotada por un colosal volcán, que por lo visto les había llevado a la extinción. Y ahora, su territorio es disputado por sus hermanos Sintiary y los Hartach, quienes se enfrentarían en la ahora denominada Guerra Antigua.
Arribaron a la zona del conflicto donde claramente se cercioraron del gran valor que su suelo podría proporcionar a sus hermanos, por lo que decidieron ir en busca de los Hartach, con el fin de entender cuál era su propósito. Dieron con ellos, y tras parlamentar, ratificaron sus peores sospechas, no darían su brazo a torcer, y aún menos ante ellos, pues bien sabían que su parentesco con los Sintiary no les iba a beneficiar en la negociación. La convicción de Keyann era clara, ayudar a sus parientes lejanos, pero contrariamente a sus deseos, su líder aceptó un acuerdo en el que les privaba de su presencia en aquella contienda. Keyann jamás se perdonaría quedar al margen, pero al mismo tiempo no podía violar la palabra de su líder y no le correspondía a ella declarar una guerra. Desde ese momento se prometió a si misma pagar por esa falta de acción, luchando y salvando a su pueblo de futuras amenazas, impidiéndose a sí misma aceptar el cargo de líder, pues abandonaría su causa, y en su opinión, por ese cumplimiento no esconderse de sus obligaciones.
Aquel enfrentamiento duró años, y era bien sabida la desgracia que se estaba llevando a cabo, las vidas que se estaban perdiendo. Ocupada en cuerpo presente en la defensa contra los Goritia, y ocupada en mente por pagar su deuda, presta y dispuesta en el momento que lo necesitasen. Momento que en la actualidad ignora, y que el transcurso de este nuevo resurgir del mal, le llevará a salvar a su propia especie, y al resto de Rahaylimu.
¡Buen retorno!. saludos
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Gracias! Conforme vayamos avanzando en la historia de la segunda entrega, iremos colgando las diferentes razas y personajes. 🙃💪
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